Stratovarius - Fourth Dimension (1995) Crítica / Review

Resulta que el otro día me disponía a salir con el coche a currar y se me ocurrió coger un cd para amenizar el trayecto. El elegido fue el Fourth Dimension de Stratovarius. ¿Por qué este? Pues, ni puta idea. Lo vi y le eché mano. Hacía más de 10 años que no lo oía y siempre viene bien observar como va envejeciendo la música y escucharla de nuevo bajo el prisma de la experiencia ¡Toma Ya!





De camino al coche, ya con mi disco, intenté canturrear alguna de las canciones que me disponía a escuchar en breve, pero amigos, me quede más blanco que Paquirrín en un examen de matemáticas.
No me acordaba absolutamente de nada. Casi 70 minutos de música borrados de mi mente, o eso pensaba yo.


Stratovarius - Fourth Dimension (1995)


Fue meter el cd y todo volvió a su sitio. Empecé a corear estribillos como si no hubiera mañana, tocar solos imposibles en el volante y hacer headbanging como un poseso.

¿Qué es lo que ha ocurrido? Qué estoy zumbado...bueno aparte de eso. Se trata de la Memoria a Largo Plazo. La cual mantiene los recuerdos de forma inconsciente. Esta memoria tiene más capacidad que un iphone 6, ya que es casi ilimitada. Antes de que la música llegue a este disco duro del copón de terabytes, primero hacemos uso de la memoria sensorial (en este caso el oído) y luego la procesamos en la memoria operativa.

Volvamos al disco. Fourth Dimension fue el cuarto álbum de la banda de los "Timos". El primer disco como quinteto tras la incorporación, gracias a Dios, de Kotipelto a las voces.






El comienzo del disco es brutal, Against the Wind y Distant Skies son dos auténticos trallazos de power metal. Galaxies lleva un rollo más sinfónico, una especie de The Final Countdown de los 90, es decir, sin discos de platino. El álbum continúa con Winter, la típica composición de Tolkki, de ritmo plomizo, pero que se le acaba cogiendo cariño. Stratovarius es un tema instrumental, en donde el gigantón mofletudo nos demuestra que se ha empollado todos los solos de Yngwie Malmsteen. En Lord of the Wasteland volvemos a lo que más nos mola. Doble bombo, "espíritu calabacínico", agudos de infarto y guitarras con rollete neoclásico ¡Temazo!






030366 la podeis pasar, qué no hay por donde cogerla. ¡Truño! El álbum continúa con Nightfall. Una especie de balada, pero no de las de arrimar cebolleta, sino de todo lo contrario. Continuamos con We Hold the Key. Declaración de intenciones, agarrando la llave custodiada por "el Keeper". Si lo que te gusta es el headbanging, amigo, este es tu tema. Y como remate final, otro temazo. Twilight Symphony, con su interludio de música clásica, sus solos yngwienianos y dejando claro que se iban a comer el mundo - bueno, Europa y Japón -. El disco languidece con Call of the Wilderness, a modo de gélida outro.





Tras el éxito de este disco, Timo Tolkki, - como jefe que era - expulsó al batería Tuomo Lassila y al tecladista Antti Ikonen, para formar con Jörg Michael y Jens Johansson un line up de infarto.

Siempre he pensado que este disco estaba un escalón por debajo de la época gloriosa - Episode y Visions - pero majo, a ver quién es el guapo que hace un discazo como este ahora. ¿A qué esperas para escucharlo? Imprescindible.




Listado de Canciones:


  1. "Distant Skies" - 4:10
  2. "Galaxies" - 5:01
  3. "Winter" - 6:32
  4. "Stratovarius" - 6:22
  5. "Lord of The Wasteland" - 6:10
  6. "030366" - 5:47
  7. "Nightfall" - 5:09
  8. "We Hold The Key" - 7:53
  9. "Twilight Symphony" - 7:00
  10. "Call of The Wilderness" - 1:30


Line up:

      Timo Tolkki: Guitar, Backing vocals

      Timo Kotipelto: Vocals

      Tuomo Lassila: Drums

      Jari Kainulainen: Bass

      Antti Ikonen: Keyboards







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